Lógico, ¿verdad? No en Utah.

Pongamos que es sábado por la noche y quieres comprar alguna bebida alcohólica para celebrar…., no nos engañemos, no necesitamos excusas. Lógico, ¿verdad? No en Utah. Analicemos los motivos que te harán sentir como un auténtico criminal.

1. Te diriges al supermercado para comprar unas birras y preparar tu guateque particular. Lógico, ¿verdad? No en Utah. El único alcohol que puedes encontrar en estas grandes superficies debe contener menos de un 3% de alcohol. Si eres menor de 40 años te piden el DNI en cualquier lugar, sería todo un peligro para la sociedad que te tomaras una copa con 20 años ( no es legal el consume de bebidas alcohólicas hasta los 21). Eso sí, a los 16 e incluso a los 15 puedes conducir, por no hablar de los tiroteos producidos durante este mes en los colegios estadounidenses.

2. Como no te apetece beber aguachirri te diriges al liquor store, parece fácil ¿verdad? No en Utah. En otros estados también hay tiendas específicas para comprar alcohol, pero en Utah están partiularmente escondidos, nunca los encontrarás si no tienes dicho propósito, así que dar con ellos se convierte en toda una odisea. Si encima eres extranjero prepárate para llevar hasta el pasaporte, el dependiente puede pensar que estás suplantando tu identidad con un falso DNI para comprar una triste botella de vino.

3. Estás en un restaurante, esperando a que te den mesa porque el lugar está abarrotado y pides una caña para amenizar la espera. Lógico, ¿verdad? No en Utah. En este estado no puedes beber sin tener un plato de comida delante. De hecho, si pides una copa te la sirven tras la llamada Zions curtain. Este es el nombre que recibe una partición única en los restaurants de Utah, esta barrera impide ver cómo el camarero te sirve el cubata, no vaya a ser que los niños vean el crimen que están cometiendo. Vale, estamos en un bar, puede haber niños etc. Veamos qué sorpresas nos deparan en los clubs o discotecas. Aquí la gente bebe, debería ser lógico, ¿verdad? No en Utah.

4. Por fin llegas a la ansiada discoteca, pero pronto descubres que es un lugar de lo más decadente en los que puedes encontrar todo tipo de individuos, que se pueden definir con cualquier adjetivo salvo “normales”. Te diriges a la barra, ¡aquí no hay Zions curtan!, te emocionas y pides un cubata pero… sabe a Coca Cola. La cantidad de alcohol está limitada a una onza por cubata, que sería el equivalente a apenas un chupito de alcohol en un vaso lleno de hielo y la mezcla que decidas echarle. Ante esta lamentable situación, pides dos, todavía te quedan esperanzas, después de no haber probado gota de alcohol 2 minichupitos pueden conseguir ponerte un poco chispilla, pero descubres que sólo puedes pedir de 1 en 1, y no, no vale decir que es para tu amigo. La noche avanza, el garito cierra a las 2 y a falta de una hora para el cierre acabas pidiendo una cerveza. Cada vez parece menos lógico que te apetezca si quiera el mero hecho de pedir una birra, ¿verdad? Efectivamente, están logrando su objetivo. Una hora antes del cierre tienen prohibida la venta de alcohol porque en esa hora debes ponerte sobrio para llegar a casa. Visto lo complicado que es tomar unas copas, más te vale tener una buena excusa para tomar unas cervezas. Lógico, ¿verdad?